sábado, 3 de diciembre de 2016

LA FELICIDAD DONDE ESTA?. Tarde te ame; hermosura tan antigua y tan nueva.




Poseer la felicidad es un derecho que todos los hombres tenemos, forma parte del ideal de cada hombre y también del designio de Dios. ¿En dónde la buscas?, ¿ya la encontraste?, ¿te interesa conseguirla?, ¿qué medios estás poniendo para poseer la? Muchas veces la buscamos fuera en las cosas que se nos presentan amables, buenas y en otras no tan buenas; como sedientos después de varios días en el desierto, nos queremos saciar de ella, pero estoy seguro que llegaremos a la misma conclusión de San Agustín. Es la sed insaciable de la que todos tenemos necesidad.

San Agustín también en un momento de su vida estuvo sediento de felicidad, la buscó y fue tras ella; pero en un momento de lucidez y claridad, se dio cuenta que la tenía dentro, muy dentro de su corazón, hasta llegar a exclamar:

¡Tarde te amé, hermosura tan antigua y tan nueva, tarde te amé!
Tú estabas dentro de mí, y yo fuera, y por fuera te buscaba, y me lanzaba sobre las cosas hermosas creadas por Ti.
Tú estabas conmigo y yo no estaba contigo. 
Me retenían lejos de Ti todas las cosas, aunque, si no estuviesen en Ti, nada serían.
Llamaste y clamaste, y rompiste mi sordera. Brillaste y resplandeciste y pusiste en fuga mi ceguera.
Exhalaste tu perfume y respiré y suspiro por Ti. 
Gusté de Ti y siento hambre y sed. 
Me tocaste y me abraso en tu paz.


Su experiencia de la felicidad plena la encontró en Dios, la Verdad misma que daría sentido a sus interrogantes.












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